Día 11: vuelta a casa

El viaje llegaba a su fin, y tocaba madrugar para volver a casa, el despertador sonó a las 6’30, desayuno rápido, cerramos maletas y a las 7’30 bajamos.

Y nos tuvimos que despedir de esta bonita vista

Para la vuelta al aeropuerto, decidimos cambiar de medio de transporte y coger el bus X95 (billete 6 €), que salía a las 7’55 desde Syntagma (concretamente desde la calle Othonos), llegamos de los primeros, importante porque así te sientas, pues es un viaje de alrededor de una hora; el bus acabó lleno, iba mucho currante también.

Facturamos y nuevamente nos pesaron la maleta de mano (8’900 kg. pero la aceptaron, en Lufthansa el peso máximo son 8 kg.), control rápido y sin incidentes, y a esperar mientras desayunábamos algo más (un capuchino bastante bueno, un chocolate, y un croissant).

Embarque en hora y salida puntual a las 11’15, al poco de subir nos dieron la comida, un pollo con puré y verduras, bastante aceptable para ser comida de avión; llegamos unos 15 minutos antes de la hora prevista que era las 13’15 (hora local). Aterrizamos en la Terminal A y teníamos que ir hasta la B, nos llevó algo más de 10 minutos, pero teníamos cerca de tres horas hasta el siguiente vuelo, así que paseamos un rato por las tiendas.


Como habíamos comido en el avión, ya no teníamos casi hambre, así que pedimos un par de refrescos y un pretzel (no estaba muy allá, mucho más rico el de la ida).

Embarcamos más o menos en hora y salimos con unos 5 minutos de retraso, de su hora que era las 16’05, pero como el aeropuerto es tan grande mientras esperábamos despegar, nos dio tiempo de una siestecilla; este vuelo nos tocó separados (nos cambiaron los asientos tres veces desde que lo compramos), vuelo bastante aburrido.

La llegada era a las 18’20 pero se retrasó unos 20 minutos. Las maletas tardaron un poco, recogimos el coche (Parking Oliveral, 50 €) y aunque con algo de atasco, tampoco tardamos mucho en llegar a casa.

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