Día 2: Atenas

En nuestro primer día en Atenas, pusimos el despertador sobre las 7’30, duchas, desayuno, y poco más de las 9 nos poníamos en marcha.

Comenzamos el día con la visita guiada de Athens Free Tour, el punto de encuentro era el Arco de Adriano y llegamos con tiempo de sobra a la hora que habíamos quedado, que era a las 9’45. Nuestra guía era Mari Elena, de padre griego y madre colombiana, nacida allí, pero con mucho acento colombiano; el resto del grupo era solamente otra pareja (argentina), porque esperamos un rato a otra pareja, que finalmente no acudió.

Puerta de Adriano

La visita se hizo muy amena porque nos contó historia, mitología, costumbres, comidas y consejos; duró cerca de 4 horas. Y la ruta fue más o menos la siguiente: Templo de Zeus Olímpico (Olimpeion), antigua Villa Olímpica (Zappeion), antiguo Estadio Olímpico (Estadio Panathinaiko), Jardín nacional de Atenas (encargado por la reina Amalia, esposa del Rey Otón I de Grecia), Plaza Syntagma (que significa aproximadamente Constitución), Catedral de la Anunciación de Santa María (iglesia ortodoxa, conocida popularmente como Mitropoli), la pequeña Iglesia de Agios Eleftherios, Ágora Romana, Torre de los Vientos, Ágora Antigua; y tras un paseo por Plaka, de vuelta hacia el centro finalizamos la visita.

Templo de Zeus Olímpico

Antigua Villa Olímpica 

Antigua Villa Olímpica 

Antigua Villa Olímpica 

Antigua Villa Olímpica 

Los "koulouri" los venden en puestos callejeros,
solo valen 50 céntimos, y además están muy ricos

Catedral de la Anunciación de Santa María

Catedral de la Anunciación de Santa María

Iglesia de Agios Eleftherios

Iglesia de Agios Eleftherios

Iglesia de Agios Eleftherios

Ágora Romana

Torre de los Vientos

Ágora Antigua

Barrio de Plaka


Acabamos en un restaurante que ella misma nos recomendó, y como nos pareció bien lo que había y ya teníamos hambre no lo dudamos y nos quedamos allí. Nosotros comimos muy bien, suponemos que la guía se llevará alguna comisión del bar, pero bueno, como comimos bien, tampoco es algo que nos importe.

El lugar se llamaba Tratoria Plaka, pedimos olivas, queso frito (saganaki), empanadilla de queso, albóndigas de calabacín y cordero (kleftiko), que con las cervezas costó 39 €. Pagamos con tarjeta y dejamos 4 € de propina en metálico. El queso frito es de lo que menos nos gustó, queda muy salado y según se va enfriando se va haciendo duro; pero el cordero, estaba riquísimo, súper tierno y muy jugoso. Nos invitaron a un chupito, que no sabemos que era, pero era muy suave.



Tras la comida decidimos ir al barrio de ANAFIOTIKA (Αναφιώτικα) que es un barrio situado a los pies de la Acrópolis, justo por encima de Plaka. Las casas fueron construidas a mediados del siglo XIX por una población de albañiles provenientes de la isla Anafi (en las Cícladas), que se trasladaron a Atenas para la construcción del palacio del Rey Otón. Es un pequeño barrio de casas en blanco y azul, formando tortuosas callejuelas con en la isla.







Otra de las cosas interesantes del barrio de ANAFIOTIKA, es que desde lo más alto, se tienen grandes vistas de Atenas.




Cogimos camino hacia la COLINA DE PHILOPAPPOS (en la antigüedad se conocía como Colina de las Musas), que es una colina situada a relativamente poca distancia de la Acrópolis, con muchos caminos y bonitos rincones; pero lo que destaca son las vistas desde su cima sobre Atenas y El Pireo, pero principalmente de la Acrópolis. Llegamos de día y esperamos, para ver el atardecer, y así ir viendo cómo se iba iluminando la Acrópolis.

















Luego bajamos pasando por Monastiraki, y cerca de casa, en un pequeño supermercado, llamado Bazaar, compramos leche y algo de bollería, para desayunar los siguientes días.

Decidimos que como la tarde estaba bastante despejada, y mañana daban lluvias, era buen momento para ir a una de las muchas terrazas que hay con vistas a la Acrópolis. Justo en la calle de nuestro pisito (Apollonos) hay varios hoteles que en su último piso tienen terrazas, pero se ve que febrero es el mes con menos gente en Atenas, porque estaban todas cerradas por reformas, miramos en Hermes, en Central y creo que en otro, y estaban todas cerradas. Así que cogimos rumbo hacia otra calle cercana (Mitropoleos), a ver si teníamos más surte.

Finalmente encontramos CIEL, la verdad que aunque hacía fresco, como habían estufas se estaba bastante bien, así que allí nos quedamos a tomar algo con unas vistas espectaculares; como teníamos sed primero pedimos unos refrescos (3 € cada uno) y luego nuestras cervecitas (5 € cada una), que para las vistas que se tienen desde la terraza no nos pareció mal el precio. La terraza también tiene una parte cubierta, y el piso de abajo es cerrado, pero no hay vistas.


Unas vistas impresionantes!!!

Para cenar elegimos uno que habíamos visto por la mañana durante la ruta, y que parecía tener buena pinta, The Greco’s Project, y no nos equivocamos. Este lugar fue todo un acierto, pedimos una ensalada griega para compartir y dos gyros, que junto con un par de cervezas costó 21’90 €. Recomendable totalmente. Que ricos los gyros, como puede haber comida rápida tan buena, tan rica y tan barata, y que además te sirven en la mesa; nos gustó mucho y volvimos otro día. En la ciudad tienen tres, Syntagma (el que nosotros estuvimos), Monastiraki y Ermou.




Descubrimos que al pagar con el datafono puedes elegir si quieres, la propina, pulsando 1 el 5%, pulsando 2 el 10% y pulsando 3 el 15%, nos pareció algo muy moderno. Nosotros quedamos tan contentos que dejamos un 15%, que sólo fue 3’28 €. Además en el ticket del cargo de la tarjeta viene especificado, la cuenta y la propina.

Luego ya a casa, que además nos pillaba muy cerca.

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