Grecia, un poco de historia

Se considera el lugar del nacimiento de la civilización occidental, siendo la primera civilización cicládica en las islas del mar Ego (alrededor del 3000 a. C.), la civilización minoica en Creta (2700-1500 a. C.) y la civilización micénica en el continente (1500-1100 a. C.).

Los micénicos absorbieron a los minoicos, pero alrededor del 1200 a. C., las inestabilidades produjeron un colapso conocido como la Edad Oscura, que duro hasta el inicio de la Época Arcaica en el 776 a. C., cuando gracias a la organización en ciudades estado (polis) se alcanzó un nivel de prosperidad, con un gran florecimiento cultural en arquitectura, teatro, ciencias, matemáticas y filosofía; y también gracias a la introducción en el 508 a. C. del primer sistema democrático. El siglo V a. C es el del apogeo de las grandes polis, destacando Atenas y Esparta.

En el 492 a. C. los persas intentaron invadirles, pero se vieron forzados a retirarse tras la derrota de la batalla de Maratón, que supuso el fin de la Primera Guerra Médica en el 490 a. C.; una batalla recordada por Heródoto, por la proeza de Filípides, que recorrió el camino de Atenas a Esparta para pedir ayuda al ejército espartano.

Poco años más tarde, entre 480-479 a. C. volvieron a ocurrir diversos conflictos militares, conocidos como Segundas Guerra Médicas, uno de los hechos más importante fue la Batalla de las Termópilas, en la que espartanos y atenienses se unieron en la lucha contra el Imperio persa. Aunque no lograron evitar que las fuerzas persas llegaran a Atenas, acabaron venciendo años después en las batallas de Platea y Salamina.

La guerra del Peloponeso entre 431-404 a. C., fue una lucha entre Atenas (Liga de Delos) y Esparta (Liga del Peloponeso), la victoria de Esparta suponía el final de la supremacía del Imperio ateniense en la Antigua Grecia. Aunque Esparta salió victoriosa pagando un alto coste.

Esparta fue una ciudad única en la Antigua Grecia, estaban completamente centrados en la formación y la excelencia militar, gracias a la cual eran considerados los mejores en la batalla. Las mujeres espartanas, gozaron de más derechos e igualdad con los hombres, que en ningún otro lugar del mundo de la antigüedad clásica.

La derrota de los espartanos ante la ciudad de Tebas en la batalla de Leuctra, librada en el 371 a. C., marcó el final de su hegemonía, aunque mantuvo su independencia política hasta la conquista romana de Grecia en el 146 a. C.

Alejandro Magno, tras la muerte de su padre Filipo II, como rey de Macedonia, en el 334 a. C. lanzó una invasión al Imperio persa. Tras ganar diversas batallas, cuatro años después, los griegos tomaron Persépolis (capital de Persia); y en poco más de diez años conquistó el Imperio persa, incluso partes de India y Egipto, formando el mayor Imperio de la antigüedad. Pero la repentina muerte de Alejandro Magno en el 323 a. C., llevó al colapso del Imperio, que acabó dividido en varios reinos.

En el 146 a. C. Roma se anexiono Macedonia como una provincia, y el resto del territorio lo convirtió en un protectorado romano; el proceso terminó en el 27 a. C. cuando el emperador romano Cesar Augusto, se hizo con el resto de Grecia para convertirla en una de sus provincias. Pese a la supremacía militar, los romanos admiraron y estuvieron fuertemente influidos por los logros de la cultura griega.

Tras la división y caída del Imperio romano, Grecia pasó a formar parte del Imperio bizantino que perduró desde el siglo V hasta el año 1453, siglos durante los que sufrieron invasiones de godos, hunos y eslavos; aunque el Imperio bizantino recuperó parte de su territorio durante algunos años, finalmente acabaron perdiendo varias zonas ante los ataques de los otomanos.

Hacia finales del siglo XV (periodo en el que los cristianos bizantinos se separaron de Roma y fundaron su propia iglesia, la ortodoxa), la mayor parte de Grecia y las islas del mar Egeo estaban bajo control otomano, mientras que Chipre y Creta permanecían bajo dominio veneciano y no formaron parte del Imperio otomano hasta 1571 y 1670, respectivamente. La única parte del que no fue conquistada por los turcos, fueron las Islas Jónicas, que se mantuvieron bajo el control de Venecia hasta su conquista por la Primera República Francesa en 1797. Los griegos de las Islas Jónicas vivieron en prosperidad, pero por el contrario, la mayor parte del pueblo griego sufrió las consecuencias económicas de la conquista turca, pues los turcos fijaron impuestos elevados; los siglos XVI y XVII son considerados por algunos como una especie de “edad oscura” en la historia griega, pues la esperanza de expulsar a los otomanos parecía remota.

En 1814, se fundó una organización secreta llamada Filikí Etería (Sociedad de Amigos), cuya finalidad era la independencia de Grecia. Tras diversos enfrentamientos y con la ayuda de las Grandes Potencias (Rusia, Reino Unido y Francia), lograron vencer a los otomanos y formar así la Primera República Helénica, eligiendo en 1827 a Ionnis Kapodistrias como primer gobernador. Tras su asesinato en 1831, las Grandes Potencias, instalaron una monarquía encabezada por Otón I, príncipe de Baviera, de la Casa de Wittelsback. Pero su impopularidad fue aumentando, debido a la subida de los impuestos (mayores que los existentes en el periodo otomano), y porque Otón no renunció a la religión católica para convertirse a la ortodoxa.

En 1863 fue reemplazado por el príncipe Guillermo de Dinamarca, que tomó el nombre de Jorge I, y que trajo consigo las Islas Jónicas, como regalo de coronación por parte del Reino Unido. Fue asesinado en 1913.

Durante la Primera Guerra Mundial, llegaron a tener dos gobiernos: uno pro alemán encabezado por el rey Constantino I, y otro pro aliado representado por Eleftherios Venizelos. En 1916, Venizelos estableció un gobierno provisional en Salónica, y con la ayuda de los aliados se apoderó de Atenas un año después.

En la Segunda Guerra Mundial, lograron vencer a las fuerzas italianas, pero cayeron derrotados ante las fuerzas alemanas, y permanecieron ocupados por tropas alemanas, italianas y búlgaras hasta 1944. Años en los que los griegos se dividieron en dos fracciones principales: colaboracionistas (anticomunistas) y partisanos (comunistas).

Tras su liberación por los Aliados, entraron en una Guerra Civil, que transcurrió entre 1946 y 1950, y que acabó de los colaboracionistas. Esto condujo a la entrada de Grecia en la OTAN.

En julio de 1965, el gobierno centrista de Yorgos Papandreu, creó una agitación política, que culminó con un golpe de estado en abril de 1967; promovido por un grupo de coroneles, se estableció una dictadura, que concluyó en julio de 1974, con la proclamación de la Tercera República Helénica.

Las elecciones generales de 1974, dieron el triunfo al partido de centro-derecha, Nueva Democracia, de Konstantinos Karamanlis. Tras las elecciones de 1981, el partido socialdemócrata, conocido como PASOK (Movimiento Socialista Panhelénico), obtuvo la mayoría absoluta, y su fundador, Andreas Papandreu, se convirtió en jefe del primer Gobierno socialista en la historia de Grecia. Ambos partidos se alternaron en el gobierno hasta hace pocos años.

La economía griega se vio muy afectada por la Gran Recesión de finales de la década de los años 2000 y fue la protagonista principal en la crisis del euro. La situación se agravó, cuando se descubrió que el gobierno de Nueva Democracia, presidido por Konstantinos Karamanlis, ocultó durante años algunos datos macroeconómicos; entre ellos el verdadero monto de su deuda externa y el déficit público.

En las elecciones de 2015, con una crisis sin precedentes en el país, el partido de Alexis Tsipras, SYRIZA (Coalición de la Izquierda Radical), ganó las elecciones parlamentarias, siendo la primera vez en la historia del país, que un partido a la izquierda de la socialdemocracia alcanzaba el gobierno democráticamente.

Foto: wikipedia

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